Ciao, “Doña Vicky Poery; María Virginia de la Luz Gómez Nieto de Poery”, gracias por tanto que entregaste a Naucalpan
- Mario Ruiz
- hace 7 horas
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• Descansa en paz, al fin lograste ser Libre, vuela alto hasta donde la imaginación te siga llevando.
• Después del arcoíris, seguro llegarás al “ Encuentro con el Señor” y con el “Más Grande Cronista” del Naucalpan de todos los tiempos: “Don Ricardo Poery Cervantes y Zebadua”.
“A Tu memoria mi querida Vicky”...
Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN, Méx., a 23 de abril del 2025.- Ciao "Doña Vicky Poery; María Virginia de la Luz Gómez Nieto de Poery" por tanto, que pudiste ofrecer a la cultura y las artes desde tú perspectiva a este gran municipio que seguro estoy, lo tuviste presente siempre en el alma.
Fueron tiempos complicados, de enormes retos y desafíos, dentro de una comunidad plural, abierta, critica, exigente y de manera sorprendente, en la creación.
“Vicky Poery”, como la conocimos, dedicó gran parte de su vida a hacer cultura, y difundir el arte, siendo una creadora, una artista, pintora, y en cada fresco un profundo recuerdo e imaginación.
Una gran mujer, cierto, de gran carácter que voló hasta donde su mente quiso llegar, iluminó los cielos en cada pincelada y formó un extraordinario matrimonio con el “Más Grande Cronista” del Naucalpan de todos los tiempos: “Don Ricardo Poery Cervantes y Zebadua”.
Defensores cada uno por su parte, o en conjunto de la poderosa hipótesis de Don Ricardo Poery sustentada en su libro: En Naucalpan (No en Tacuba) está el Árbol de la “Noche Triste”, para nada desmerece su genial indagatoria que sigue viajando aún hoy, ante los críticos más obstinados.
“Doña Vicky fallece a la edad de 95 años, al igual que y Don Ricardo Poery, dejando a sus hijas Virginia y Alejandra la enorme responsabilidad de continuar su legado.
Referir para el caso, que “Don Ricardo inició su magnífica investigación, perfectamente documentada de aquella Noche Tormentosa del 30 de junio de 1520, llamada de la Noche Triste”, pero además retoma una serie de relatos y referencias bibliográficas de Bernal Díaz del Castillo, y Francisco Javier Clavijero.
Asimismo, de Fernando de Alva Ixtlixóchitl, del Historiador Francés, Jean Descola y Martha Dujovne, entre otros, que invariablemente, llegan a la conclusión de que ahí está el arroyo donde Cortés, refrescó su fatiga antes de sentarse a llorar su derrota, aquí esta ese Sabino de San Juan Totoltepec”.
Sin embargo, y de quien parte a la “Casa del Señor” a cruzar el arcoíris, hay innumerables momentos y episodios de satisfacción, de sentirse Ave y surcar los cielos, abrir sus majestuosas alas para alcanzar la Libertad.
“Doña Vicky”, madre, esposa y maestra, Una mujer guerrera que insistió e insistió en formar escuela, en poner su granito de arena en el Naucalpan que vivimos, con todos y cada uno de sus contrastes.
Indudable fue pues, su entusiasmo, el deseo de trascender en el imaginario colectivo a través de su trabajo, y siempre tuvo la respuesta a la pregunta; creyó ser y luchó hasta donde pudo por el ser.
Nadie tan feliz como ella, y por lo que ella hacía; una mujer temperamental que no regateaba a nada, buscó siempre y en todo momento y lugar la perfección, asumiendo una responsabilidad ante la palabra hasta sus últimas consecuencias.
“ Doña Vicky Poery” fue luz, fue ejemplo de persistencia, de nombrar las cosas como son y como van, anteponiendo el peso de lo ético sobre lo estético en diferentes momentos, y se caminaba derechito.
En los últimos momentos de su existencia, y desde mucho tiempo atrás continúo su lucha trabajando desde el exilio cultural, y en verdad, “Doña Vicky Poery” fue poesía que trascendió en el pasado y en la continuidad de la vida hasta estos momentos. Descansa en Paz, y Vuelta Alto, Gracias nuevamente por lo que entregaste a Naucalpan.

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